lunes, 3 de septiembre de 2012

LA PROSTITUCION EN ROMA


En la antigua Roma existía un amplio desarrollo de la prostitución.
Catón el Viejo dice que "es bueno que los jóvenes poseídos por la lujuria vayan a los burdeles en vez de tener que molestar a las esposas de otros hombres".

Las prostitutas eran educadas para la conversación y el placer, debían llevar vestimentas diferentes, teñirse el cabello o llevar pelucas amarillas y eran inscritas en un registro.
En el año 1 d.C. el registro contaba con 32.000 prostitutas inscritas.
Las prostitutas que estaban registradas en las listas públicas eran conocidas como Meretrices mientras que las Prostibulae ejercían su profesión donde podían, librándose del impuesto. Las conocidas como Ambulatarae recibían ese nombre por trabajar en la calle o en el circo mientras que las Lupae trabajaban en los bosques cercanos a la ciudad y las Bustuariae en los cementerios. Las prostitutas de más alta categoría eran conocidas como Delicatae y tenían entre sus clientes a senadores, negociantes o generales.

Generalmente la mayoría de las prostitutas se podían encontrar en burdeles llamados lupanares, establecimientos que contaban con licencia municipal.
También se encontraban prostitutas cerca de los circos y anfiteatros o aquellos lugares donde el sexo era un complemento de la actividad principal: tabernas, baños o posadas.
La mayoría de lupanares de Roma se encontraban en el Esquilino y el Circo Máximo, los más elegantes eran situados en la cuarta región.
Los lupanares generalmente eran identificados en la calle con un gran falo que era iluminado por la noche, generalmente eran decorados con murales alusivos al sexo y en las puertas de las habitaciones era habitual encontrar una lista de precios y servicios. Existen referencias de algunos prostíbulos que eran frecuentados por las mujeres de las clases sociales más elevadas que acudían para mantener relaciones sexuales con chicos jóvenes.
Existen muchas referencias escritas de mujeres de las familias más nobles que ejercieron la prostitución por puro placer, entre estas podíamos destacar a encontrarnos a Julia (hija de Augusto), Agripina, Mesalina (esposa del emperador Claudio).

En el siglo VI d.C. el Imperio Romano proscribió la homosexualidad. Esto se debió en gran parte a la influencia de la Cristiandad. El Cristianismo se volvió la religión de moda, del mismo modo las religiones que animaban la prostitución masculina y femenina también fueron prohibidas en el imperio. Según el cristianismo la única razón válida para el sexo era la procreación, cualquier otro tipo de sexualidad que llevara al deseo eran vistas como influencias malignas.

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