Si creían que en la Edad Media no existía la pornografía ni el erotismo, se equivocan...
Durante la Edad Media las relaciones sexuales eran mucho más libertinas, si cabe, que ahora. Pero las mujeres tenían que mantenerse vírgenes para el matrimonio, por lo que se inventó la figura de la alcahueta. Estas mujeres se dedicaban a "reparar el himen de las jovencitas". Un gran ejemplo de esta profesión lo tenemos en el clásico 'La Celestina', de Fernando de Rojas.
Durante esta época, tampoco faltaron libros con relatos eróticos como por ejemplo 'El Decamerón' de Boccaccio, en cuyos cuentos intervienen (entre otros) curas, monjas y frailes.
Mas tarde, llego la Revolución Francesa que trajo consigo una mayor libertad para todo tipo de prácticas...recordemos al archiconocido Marqués de Sade.
Luego... La Restauración vuelve a instaurar la hipocresía previa. Las clases altas, cansadas de la rutina diaria, se entregan a placeres banales y dionisíacos. Podemos encontrar en este período de tiempo a varios autores conocidos: Arthur Rimbaud, a Paul Verlaine y a Pierre Louys
Verlaine acompañaba sus episodios de heterosexualidad enfermiza con otros de homosexualidad frenética, e incluso intentó matar a su novio, el poeta Rimbaud, por lo que fue encarcelado. Por su parte, la obra de Louÿs es muy trasgresora para con todos los tabúes de la sociedad moderna. Podemos encontrar de todo: desde pedofilia hasta incesto, pasando por flagelaciones e incluso coprofagia, como vemos un escritor muy prolifero.
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