sábado, 28 de marzo de 2009

COSAS DE UN GENIO...



Cuando Salvador Dalí vio por primera vez el cuadro “El Ángelus” del pintor francés Mollet, se vio invadido por una sensación extraña él desde el principio, vio algo en ese cuadro que le desasosegaba.

En la imagen se aprecia una pareja de campesinos en actitud respetuosa, podría decirse que orando. En el suelo, al lado del campesino una horca clavada y en medio de ambos, un saco de patatas. Algo tan en principio, inocente, despertó la paranoia de Dalí, al punto de obsesionarse con el cuadro. Él veía más cosas en la imagen, cosas que nadie veía.

Desde siempre Salvador Dalí había estado obsesionado con el sexo y la muerte (de hecho, Salvador Dalí llevaba el mismo nombre que su hermano mayor, muerto antes de nacer él) y él en su cerebro especial veía ambas cosas en ese cuadro. Escribió incluso un tratado sobre “El Ángelus” en francés, contando sus teorías.

Cierto o no que Dalí veía más cosas en el cuadro de las que el resto de los mortales, la verdad es que analizado el lienzo con rayos X, se podía apreciar la presencia de un ataúd infantil debajo del saco de patatas. Este extremo lo había confirmado Dalí mediante conversaciones con un amigo de Millet. Según este amigo, el pintor francés había tapado el ataúd porque se había enterado que eso no sería del gusto de las nuevas modas parisinas. Acertó de lleno al cambiarlo como se vio, ya que la imagen pasó a decorar gran parte de los hogares franceses, pero escondió sus verdaderas intenciones, las de representar la muerte de un niño, el hijo de dos campesinos, enterrado en el campo sin más noticias para el resto del mundo que la presencia de sus padres.

Casualidad o no, en el cuadro había más cosas que las que se veían a simple vista, y al menos la muerte, como sugería Dalí, estaba representada. !increible intuicion!

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